sábado, 12 de enero de 2019

TORTAS DE ALMA

Las tortas de alma me acercan a  mi infancia… Recuerdo con cariño esas tardes en que mi madre y mi tía, con los brazos remangados, delantal en ristre y cargadas de barreños, ollas y llandas subían barranco arriba hasta el horno para hacer las pastas para las fiestas. Sabíamos que esa noche la cena iría justa, pues bajaban del horno a las tantas… pero con deliciosas pastas recién horneadas…
Recuerdo, sobre todo, el olor a pastas recién hechas, guardadas con mimo y cuidado en el cuarté de la bodega. Eran varios barreños mondongueros, tapados con trapos de cocina, de deliciosos rosconetes de anís, mantecados, pastas de aceite, rosquillas, almendrados, pastetas de almendra, de coco,  y, lo mejor…, las tortas de alma.