viernes, 13 de mayo de 2016

SNDMO Faixa Guasa

  • Excursión de senderismo
  • Daniel, Ricardo, Ana, Teresa y Juanjo
  • Distancia: 13 km
  • Duración: 8 horas con muchas paradas y reparadas
  • Desnivel acumulado: 900 mt
En esta ocasión escogimos el valle de Bujaruelo como lugar de la excursión porque la familia del desaparecido José María Fernández, zaragozano de 36 años, había hecho un llamamiento para ayudar en su búsqueda, y como Daniel se conoce estos lugares como la palma de su mano, incluso sus nombres, (algunos los montañeses hasta le preguntan por sitios que ellos descononocen, aunque soy de la opinión que la mitad se los inventa…), pues nos decidimos venir a este lugar.
El día amaneció lluvioso, con fina lluvia durante todo el viaje, pero el pediatra, que es muy listo, ya había informado que a lo largo de la mañana se irían abriendo claros, y así fue, quedando un día claro, ventoso y frío.
Daniel nos esperaba en Broto y nos vimos negros para encontrar un bar abierto para tomar café, pues habíamos salido de Zaragoza a las 6 de la mañana. Finalmente nos tomamos un café con leche en Torla, en la cafetería Mondarruego, regentada por albanokosovares o parecido… pero estaba rico, rico y lo acompañamos con un bizcocho made in Teresa.
La idea de Daniel era pasear por Ordiso, que es la zona por donde lo habían visto transitar al chico desaparecido, pero a la entrada del valle de Bujaruelo, en el puente de los Navarros, personal de protección civil nos lo desaconsejaron, porque era allí donde se iba a concentrar el grueso de la búsqueda con perros y podíamos entorpecer su labor. Y les propusimos ir por la zona de Faixa Guasa, que es terreno menos transitado y donde nos parecía que podíamos colaborar.
Dejamos los coches en el puente Nuevo o de Santa Elena y marchamos por la senda que remonta el río por su margen izquierda hasta que tomamos una desviación a la izquierda, señalizada con una flecha roja pintada en un abeto, a unos 10 minutos de iniciada la marcha, que nos condujo directamente al refugio de Faixa Guasa.
Esta cabaña está situada en un claro del bosque, un lugar precioso, con unas vistas inmejorables hacia los picos Otal y Fenés hacia el oeste y el pico de la Crapera y Bernatura y al norte, y detrás de ello, el Vignemale. Al este, encima nuestro, la cara norte de los Gabietos con una ventisca en altura, que más vale que no te pille.
Almorzamos un poco-mucho y seguimos la senda en bajada hasta volver a la principal que nos llevará hasta la cascada baja de los Gabietos… ¡Impresionante! Decidimos remontar el barranco para ascender a las cascadas altas y nos encontramos una partida de voluntarios que estaban peinando esas laderas hasta el río.
El barranco de los Gabietos es muy bonito y allí vimos unos plásticos negros colgando, al borde de la senda y Daniel nos explicó que los colocan los ganaderos a propósito para que los caballos que llevan a estos pastos se asusten y no sigan por esa senda… curioso.
Nos decidimos a continuar por una senda que vuelve al refugio, ¡y no la conoce Daniel!, y nos adentramos, equivocadamente, por una zona muy bonita de hayas jóvenes. Vuelta patrás. Daniel nos explica que él, cuando no conoce una zona, bosque o rincón, va colocando unas señales-cintas, como Hansel y Gretel con las miguitas… para luego recogerlas cuando vuelve… no es mala idea, no.
Y chino-chano llegamos al mesón de San Nicolás de Bujaruelo. Allí estaban los voluntarios que registran en un mapa el terreno que cada grupo ha transitado.
Comimos en medio de un aire hipohuracanado o ventolera, que nos hace repretar hasta la pared del mesón.
Mientras estamos allí, salen del interior del mesón varios militares, guardias civiles y personal de proteción civil, suben a los coches y a todo gas parten para Ordiso… Pensamos que algo no muy bueno había ocurrido. Después vimos aparecer el helicóptero del 112. La cosa no pintaba bien. Durante el viaje de vuelta nos enteramos que un miembro de la UME había tenido un accidente en el valle de Ordiso, cuando realizaba labores de búsqueda, y había fallecido.
Y finalmente, con tranquilidad, volvemos por la senda de la margen izquierda hasta el puente de Santa Elena.
Volvemos a Broto donde Peña y Sía, la nueva perreta de la familia, nos esperan con los huevos, la longaniza, las patatas fritas, los pistachos, las cervezas…
Así pues, abundante merienda, buena cerveza, alegre charradeta y mejor compañía.

Cuando llegamos a Torla, pintaba mal el día; pero ya se intuían las paredes del Mondarruego

Puente Nuevo o de Santa Elena, inicio de la senda que, por la orilla del río, conduce a San Nicolás de Bujaruelo

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La senda, cubierta todavía por un manto de hojas secas, asciende poco a poco cruzando un bonito bosque mixto de hayas, abetos y pinos
La cascada del barranco del Bozo, que surge de las faldas del pico Fenés
Daniel llegando a la cabaña de Faixa Guasa
La vista era magnífica al pico Crapera, con nieve reciente de esa misma noche
La ventisca era muy visible en altura y removía mucha cantidad de nieve
Pico Fenés (2.538 m), a la izquierda, y el pico Otal o Arañonera (2.705m). La subida a este pico es muy chula y las vistas son de las mejores en el Pirineo
Detallando en el mapa el paisaje que veíamos, aunque Daniel no necesita mapa ni ná.
¡Yuhu!
Reemprendemos la marcha hacia las cascadas de Gavietos
Las primeras florecitas que vimos, la Hepática moradaAnemone hepática. Toma su nombre, tanto el vernáculo como el específico, de sus hojas en tres lóbulos que adquieren una tonalidad morada en el reverso y que pueden recordar a un hígado. La tradición popular atribuyó imaginarias propiedades medicinales a la hepática para curar las dolencias del hígado
El bosque estaba precioso con algún pino seco de buen porte que le daba su encanto
Daniel nos va explicando los topónimos del lugar, se los conoce todos... o se los inventa!!!
Al final del valle del Ara sobresale la magnífica mole del Vignemale. Se ve perfectamente el corredor de la Moskowa
¡Cómo nos gustó este pico! La ascensión es muy directa, se salvan 1500 m de desnivel, alguna trepadita en la última parte... pero una gozada.
¡Y éste de dónde ha salido!
Panorámica del pico Crapera (2.426 m), Bernatuara (2.5117 m) y Vignemale o Comachibosa (3.299 m)
Escoba de bruja o pina (ya seca) es un tipo de enanismo en los pinos y en algunas de sus ramas presentan “bolas” o acumulaciones muy densas en forma esférica de hojas, muy apretadas y de un color verde más oscuro que el resto del árbol. En este caso de color marrón al estar seco. Por presentar un aspecto raro y una morfología del todo extraña, se cree que estas estructuras vegetales han recibido el curioso nombre de “escoba de bruja”, tal vez haciendo referencia por similitud al aspecto típico por el cual se representa este objeto, que servía para hacer volar a las brujas
En el claro del valle, San Nicolás de Bujaruelo. En tiempos Bujaruelo estuvo poblado, al levantarse en su interior el Hospital de San Nicolás, construido en torno al 1150 por la Orden de los Hospitalarios y alrededor del cual hubo poblamiento hasta el siglo XVIII. En la actualidad todavía puede verse el puente románico, las ruinas de su maltrecha iglesia y el mesón-hospital, tantas veces reconstruido como destruido en el transcurso de las numerosas guerras con Francia, hoy en día, mesón y refugio.
Observando el panorama, Ana, Ricardo y Teresa
Cascada baja de Gavietos
¡Mira qué magicos!
Violeta, familia de las violas, no sé si odoratareichenbachiana. Se la encuentra en sendas, bordes de bosques o en claros; también se la llama "huésped no invitado" en campos sombreados y en jardines. Las flores aparecen muy temprano anticipando la primavera y finaliza un mes antes del verano. Se utiliza para tratar afecciones respiratorias y del aparato respiratorio y en dosis altas te dan cagaleras.
Primavera o bellorita, Primula veris. Es una planta de las primeras en aparecer. En herboristería se la utiliza como diurético, expectorante y antiespasmódico, así como para el tratamiento de dolores de cabeza, tos, temblores y otras dolencias. Esta planta es el alimento favorito de los conejos silvestres
Llegando a las cascadas del barranco de Gavietos, en la parte superior. ¡Cómo soplaba el viento en la zona alta!
¡Ojo no caigas!
Bosque de hayas jóvenes, una zona llana que nos gustó mucho. Se nos acabó la senda y volvimos para recuperar el buen camino

Practicando Mindfulness o Atención Plena, que significa prestar atención de manera conciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar concientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida. La atención plena nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno, atendiendo de forma integral a los aspectos de la persona; cuerpo, mente y espíritu. Practicando la atención plena desarrollamos una mayor capacidad de discernimiento y de compasión. La práctica de esta atención abre la puerta hacia nuevas posibilidades, nos trae al aquí y al ahora, nos invita a vivir una vida de manera plena y en el presente.
Después de una sesión de Mindfulness, llegamos a San Nicolás de Bujaruelo
Puente medieval sobre el río Ara; al fondo los Gavietos y su ventisca

Apareció el helicóptero del 112... mal presagio.
Las hayas comenzaban a lucir sus brotes
La vuelta nos la tomamos con bastante calma. El río Ara bajaba muy potente.
Dicen que todos los caminos llevan a Roma... o a Santiago. Es un tramo del camino de Santiago del Sobrarbe y cruzaba desde Francia por el puerto de Bujaruelo hasta llegar a Sabiñanigo
El valle de Bujaruelo estaba muy bonito

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