- Ruta senderista que une Pasaia Donibane y Hondarribia por el litoral de Jaizkibel
- Luis, Marian, Txaski, Zoilo, Presen, Tere y Juanjo
- Distancia: 25,37 km
- Desnivel acumulado: 1237mt
- Tiempo: 15h (5h 2' aprox. parados)
- Sábado 17 de junio de 2017
El monte Jaizkibel se encuentra en el litoral guipuzcoano, entre el puerto de Pasaia y el cabo de Higuer (Hondarribia). Tiene una disposición paralela a la costa y las caídas hacia el mar son muy escarpadas y espectaculares, con acantilados de más de 200 m. de altura. Es uno de los paisajes más impresionantes del litoral vasco.
Este ruta recorre y enlaza las puntas y ensenadas de su recorrido litoral. Es un itinerario largo, de unos 25 km, que no supera los 250 mt de altitud, pero con numerosas subidas y bajadas que conllevan un desnivel acumulado total de unos 1300mt. Todo el recorrido está balizado con unas marcas blancas.
Nos levantamos temprano, desayunamos con traquilidad y, ya pertrechados, nos acercamos a Pasai San Pedro, desde donde pasamos Donibane en barquita. Allí nos esperaba Txasqui, que nos acompañaría durante toda la excursión, haciendo de guía-referente, explicándonos muchas historias de este paisaje y territorio.
Recorrimos la estrecha calle del puerto y ascendimos al faro o semáforo Talaia. Una vez allí recorrimos una delicada cresta tallada a pico sobre el acantilado hasta llegar a un llano para, seguidamente, bordear Mitxintxola y bajar a los acantilados.
Una sucesión de subidas y bajadas por senda estrecha repleta de arbustos pinchudos (argomales) nos condujo a las peñas de Txakilarri para descender luego a Azabaratza Kaia, con su enorme laja, donde todavía quedan restos de plataformas que utilizaban antaño los pescadores para recoger algas.
En esta zona encontramos varios casetones donde los robinsones pasan sus horas de ocio pescando o zanganeando, a saber... Detrás del último, en la punta Akarregui, llenamos las botellas de agua en una fuente que salía del barranco y remontamos hasta el bosque de Gaztarrotz.
Allí paramos a comer y descansar hasta que tuvimos un ataque garrapatil. Recogimos los bártulos y cruzando por Mal Paso retomamos la senda del litoral para bajar al Barranco de Colores.
Este barranco es un sitio espectacular con barreras de rocas de colores que han sido esculpidas por el viento, formaciones imposibles, y un buen lugar para refrescarse y darse un baño.
De hecho, durante toda la excursión, encontramos estas formaciones que hacen de este paraje, único en España.
Continuamos por la Punta Arkarle hasta dar con el paraíso: Un poza natural del barranco de Erentzingo, un baño de agua dulce, fresquete, fresqueta, de cara al mar..., mejor imposible.
Este baño fue, agua bendita, después de tantas horas que llevábamos andando, nos rehizo, nos recompuso, nos dio vida, nos... ¡Una gozada!
Continuamos siguiendo la línea de la costa hasta la Punta Biosnar, aguijón puntiagudo que pincha las olas y donde, allí al lado, en Sisurko, aterrizó Roland Garrós, ayudado en latín por los monjes, en un intento desesperado por llegar a Donostia.
Llevábamos 9 horas de excursión, y ya se vislumbraba el faro, pero según los carteles aún nos quedaban 3 horas para llegar!!!!
El terreno era menos abrupto, pero seguíamos subiendo y bajando sin parar, zigzagueando puntas, barrancos y todo lo que se nos ponía por medio... y cada vez se veía más lejano el faro...
El agua se iba acabando y sólo pensábamos en ¿cómo sería...? si Mahou, si Amstel, si Ámbar...
Sin desanimarnos y pensando que la cuesta que subíamos era la penúltima, fuimos pasando por Txurtxipi, Marla, Plantainaundi, hasta llegar al camping del faro de Higer. Eran las 21h y 17 '. Llevábamos más de 11 horas de excursión.
¡De un trago nos la bebimos!
No nos podíamos entretener mucho porque todavía teníamos que bajar a Hondarribia y buscar transporte hasta casa, en Herrera. No había cobertura de móviles y no sabíamos la combinación de autobuses.
Txaski, que había sido el faro guía de la excursión, tuvo la gran idea de avisar a su mujer para que nos viniera a buscar en coche y podernos transportar a casita.
Empezamos a bajar por la carretera hasta el puerto viejo de Hondarribia y por el paseo de la playa hasta el centro, donde nos esperaba Amaya. Eran las 22h 45'.Y ahí nuestras fuerzas dijeron ¡¡¡basta!!!
Nos quedaron las justitas para llegar a Herrera y, ya relajados, duchados y descansados, brindamos con nuestro cava por este magnífico día.
Gracias a Txaski por su compañía, por su paciencia, por su guía. A Amaya por su amabilidad y a los anfitriones por... ¡todo y más!.
Gracias también a las garrapatas, porque sin su presencia hubiera sido una jornada muy aburrida y no hubiéramos tenido tema de conversación.
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Mapa del recorrido, de Pasaia a Hondarribia |
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Pasaia Donibane |
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Cruzamos el puerto en "un barquito chiquitito que no podía, no podía... "¡Y ya nos esperaban los guardias! -Luis, ¿qué has hecho esta vez? ¿No quedamos en no tocar nada? |
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Y también nos esperaba Txaski |
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Plaza de Santiago Emblemática placita del puerto con sus casas del siglo XIX, decoradas con vivos colores que resaltan vigas, contraventanas y galerías. |
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Arco de Bonanza Resto de las fortificaciones defensivas del puerto de Pasaia. De aquí partió el Marqués de Lafayette para luchar por la independencia norteamericana |
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Al puerto arriban grandes cargueros siempre escoltados por barcazas a las órdenes del práctico |
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Hay que mirar el mapa y asegurarse de la ruta, aunque con Txaski íbamos muy tranquilos |
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Delicada cresta tallada a pico sobre el acantilado y siempre siguiendo la doble marca blanca |
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- ¡Eh, que alguna vez tengo que salir en las fotos! |
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Entrada de la ría de Pasaia al puerto. Por el otro lado discurre la senda que nos llevaría a la misma Donostia por el Monte Ulía |
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El equipo rojillo |
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Brezales costeros y argomalesLa parte alta de los acantilados está cubierta de landas secas, de brezales y argomales costeros. Su forma almohadillada frena el viento y sus hojas de tamaño reducido ayudan a disminuir la evapotranspiración. Las landas están colonizadas por el helecho común que se encuentra más en las zonas pastorales y de siega. |
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Brezo. Erica vagans |
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Argoma. Ulex europaeus ¡Anda que no pincha el jodido! |
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Las caídas hacia el mar son muy escarpadas y espectaculares, con acantilados de más de 200 m. de altura |
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¡Barranco pabajo, barranco parriba! Todo el día igual |
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Las rocas de los acantilados tienen unas formas curiosísimas, fruto de la caprichosa erosión |
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Langostas, grillos, erizos... a todo le encontramos parecido |
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Caprichos de la naturaleza |
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Y la fiera ya llegó... |
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Otra vez parriba... Además estos del norte, no zigzaguean... to tieso y adelante. |
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¡Qué amorosas son las argomas! Acabamos como si se nos hubiesen subido dos docenas de gatos por las piernas |
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Budleya, Lila de verano. Buddleja davidii |
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Paramoudras Son unas formaciones rocosas insólitas, unas esferas de roca de hasta un metro de diámetro. Se trata de concreciones de sílice de origen orgánico y son las mejor conservadas en el mundo. |
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La senda, en ocasiones, recorre el borde inclinado de los acantilados |
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Ya nos lo decía Luis... - No haremos más que subir y bajar. Pero es muy bonito |
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Orquídea maculta. Dactylorhyza maculata También encontramos orquídeas en el litoral... ¡Quién nos lo iba a decir! |
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El litoral es de una belleza sorprendente... ¡y largo que te cagas! |
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Collado de Zunbittondo Llevábamos media mañana caminando y parecía que no hubiéramos salido de la ría. Empieza a salir el sol que más calienta |
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El autorretrato |
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Toda el litoral está cortado por múltiples barrancos que había que salvar subiendo y bajando o al verrés |
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Ahora que ... ¡las vistas son espectaculares! |
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El besugo |
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Si nos cundió el día... ¡que hasta jugamos al escondite! |
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Tunel que atraviesa horizontalmente buena parte del litoral para la conducción de aguas y munición durante las guerras carlistas? |
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El búho |
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Bajando a la ensenada de Garabatza |
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Brezos, argomas y helechos... |
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El Nautilus |
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Luis, Marian, Presen, Zoilo, Teresa... falta el capitán Nemo |
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El Gran Canto
Espectaculares colores y formas que te dejan embobado |
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Las rocas más duras –areniscas– resisten mejor la erosión y presentan formas y texturas asombrosas. |
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Toma! |
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Cormorán moñudo
Además de éste, gaviotas, halcones y paiños europeos pueblan y crían entre los roquedos |
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La gran laja de Azarabatza
La atravesamos más o menos dignamente por un pequeño surco. (alguno o alguna tuvo que apretar bien los esfínteres por si acaso) |
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En esta ensenada hay un caseta de la antigua empresa de recolección de algas, aprovechada hoy día por andarines y pescadores para pasar el día. Aquí, en esta zona, todavía se pueden ver restos de plataformas que se usaban para la recolección de algas. Las algas se usan en la fabricación de un amplio abanico de productos,
desde saborizantes hasta pinturas. Durante las tormentas invernales y
junto a las fuertes mareas, se arrancan de los fondos marinos el alga
"parda" y el alga "roja", de aspecto viscoso y olor fuerte que var a
parar a la mayoría de las playas y darsenas. |
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Aquí el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo |
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Akarregui Singular paso por rocas pegadas a las olas |
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Barranco de Luberri Los robinsones se habían preparado su baño particular con una pequeña fuente donde pudimos llenar agua |
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En la colina de Mitxitxola, a la sombra del robledal, encontramos un buen sitio para comer y descansar. Lo mismo debió pensar el ejército de garrapatas que nos atacó. ¡Un sinvivir! ¡Hasta Zaragoza nos persiguieron! |
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Bajando al valle de colores o barranco de Gaztarrotz |
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Y allí nos dimos un homenaje |
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Una rica gama de colores (anaranjados, ocres, grises, rojizos...) animan el valle |
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La almeja |
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El cocodriloooooo |
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La cacholeta |
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La erosión provocada por el viento y la humedad ha creado formas con delicados detalles imposibles. Esferas que parecen talladas en altorrelieve, paneles que se acercan al hexágono, cortinas, abultamientos, conos,... el repertorio que ofrecen estas rocas es infinito |
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La máscara |
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La Punta Biosnar, el llano Sisurko y las pozas de Mintegiko (Foto de Google Earth) ¡Qué baño nos dimos en las pozas! Agua dulce, fresquita, sin sal ni arena, con vistas a las rocas donde rompían las olas... ¡Espectacular! |
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Las pozas de Mintegiko |
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Hortensia azul. Hydrangea macrophylla |
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Llanos de Sisurko
Roland Garros protagonizó aquí el primer aterrizaje en Hondarribia
En mayo de 1911 se iba a celebrar un acontecimiento histórico. Por primera vez en el mundo se iba realizar una prueba internacional de aviación. El mayor acontecimiento deportivo de la época, organizado por Le Petit Parisien, reuniría a 28 pioneros de la aviación para recorrer los 1.170 kilómetros que separaban Paris de Madrid. El vencedor recibiría un premio de 200.000 francos. La carrera tendría tres etapas: Paris-Agoulême, Angoulême-San Sebastián y San Sebastián-Madrid.
El día 23 de mayo de 1911 se disputaba la segunda etapa entre Angoulême y San Sebastián, en la que se volaría una distancia de 335 kilómetros.
A la altura de Hondarribia, el avión de Raland Garros no pasa de largo. Cada vez se acerca más y más. Y va directo al fuerte de Guadalupe. Ante la sorpresa de todos, vira sobre el fuerte y aterriza limpiamente en una campa frente al puesto de carabineros, justo bajo el fuerte de Guadalupe. Desde tierra, localizaron la posición del aparato por la estampida de un rebaño de ovejas asustadas. ¡Se había quedado sin gasolina
Finalmente llegaron los artilleros con la gasolina, aunque las malas lenguas dicen que fueron unas monjas capuchinas... y “después de dos horas y pico de estancia y de llenar las pilas con aquel líquido, echó a volar despidiéndose con señas de todos los circunstantes”. Pero si espectacular había sido su aterrizaje, más espectacular y arriesgado fue su despegue. Según Le Petit Parisien, disponía de una estrecha y corta plataforma “situada a unos cincuenta metros de altura. Puso su motor en marcha, y se lanzó al vacío. Cualquier pequeñez, cualquier ligero fallo en el encendido del motor, y hubiera sido su salto final”.
Ante el abandono de sus competidores R. Garros, se tomó las cosas con calma, y se hizo con los 200.000 francos del premio llegando en solitario a Getafe el 26 de mayo de 1911.
Garros murió en un combate aéreo en la Primera Guerra Mundial sin haber cumplido los 30 años. Piloto de aviones y piloto de coches de carreras, su nombre es –paradojas de la vida- internacionalmente conocido por una actividad deportiva que para él era sólo una afición en Hondarribia
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Muy interesante, fotografías y comentarios. Te voy a proponer para el fotopress.
ResponderEliminarPero vosotros no sabéis hacer una excursión cortita ¿u que?
ResponderEliminarPreciosas las vistas, las rocas y lo verde de esa tierra
Papá tienes que aparecer más en las fotos, ¡Qué sales guapísimo!
Gracias, hiji!!!!!
EliminarReportaje extraordinario. Y tan realista, que cuando se llega al final casi acaba uno tan hecho polvo como vosotros... Las fotografías de las rocas (con sus nombres incluídos) parecen sacadas del National Geographic. Para acabar, la historia de Roland Garros es muy buena. (Precisamente durante este último campeonato de tenis estuve averiguando el porqué de darle su nombre al Torneo). Enhorabuena!!
ResponderEliminarZoilo Senior
Menudo pedazo reportaje!!! Enhorabuena !!
ResponderEliminarConociendo como conozco la zona, me has tenido atento en cada comentario y fotografía.
Me están dando ganas de repetirlo , pero esta vez ida y vuelta y con doble sesión de Garrapatas. Je,Je!!
La historia de Roland Garros no la conocía. (Muy Interesante, siempre se aprende algo nuevo.)
Gracias a Luis y Marian por haberme invitado y haber podido conoceros.
Sois encantadores!!!
Espero que nos volvamos a ver pronto!!