A nuestro amigo Jesús

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Muchas apenas las vemos entre un paso y otro, algunas nos acompañan una parte importante de nuestra vida, y otras recorren todo el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar. A todas la llamamos amigos.

Es como un GRAN ÁRBOL, en la que cada hoja caracteriza y representa a cada uno de nuestros amigos.

Están aquellos amigos pasajeros, los tenemos por una temporada, unas vacaciones, unos días o unas horas. Nos hacen reír, pasamos con ellos ratos agradables durante el tiempo que los tenemos cerca.

Pero el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. Son los llamados amigos del alma, de corazón.

Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz, saben cuándo los necesitamos, saben darnos lo que esperamos de ellos. Son únicos y hacen que nuestra vida sea única, excepcional, maravillosa. Siempre nos dejan un poco de sí y se llevan un poco de nosotros.

Jesús nos ha dejado mucho de sí: Nos ha dejado su sencillez, nos ha dejado su tranquilidad, su sensatez, su callada cordura, su prudencia, sus acertadas palabras, sus sentencias con ciertas  dosis de sorna, sus acciones desinteresadas, su cordialidad, su discreción y, sobre todo su amistad sincera.

También esperamos, Jesús, que te hayas llevado un poco de cada uno de nosotros, de este grupo tan dispar, tan heterogéneo, pero a la vez tan cohesionado y querido, que hace unos 25 años nos cruzamos en tu camino…

Esperamos que te hayas llevado un poco de la vitalidad y alegría de Rosa, de la atención y complacencia de Ricardo, de la tranquilidad de Daniel, de la jovialidad de Peña, de la cabezonería de Juanjo, de la fuerza de Tere, de la sencillez de Marian, de las reflexiones y divagaciones de Luis, de la atención de Montse, de la prudencia de Javier, de la discreción de Concha, de la simpatía de Manolo, de la locuacidad de Sonia, de la sinceridad de Adolfo, de la naturalidad de Ana, de la serenidad de Carlos, de la felicidad de Eva, de la bondad de Presen, de la impulsividad de Enrique, de la grandeza de Nico, de la dulzura de Pili, de la atención de Zoilo, de la ternura de Maite, de los juiciosos Montse y Daniel,  de la ingenuidad y picardía de Inma y Eduardo y, sobre todo,  del amor de Pilar.

Esperamos, de verdad, que te hayas llenado de un poquito de cada uno de nosotros.

En estos 25 años que hace que nos conocemos, hemos hecho  muchas cosas juntos:  Hemos pasado divertidas y locas nocheviejas en Pineta, en Segovia, en Benasque, en Navarra, en Castelserás… nos hemos dado buenas meriendas en el huerto de Urbano, hemos caminado muchas marchas senderistas del Mezquín, hemos bicicleteado por caminos y sendas… bueno, por sendas, menos, que te pegabas muchas volteras…

Hemos ido muchas veces a esquiar juntos, nos hemos pegado buenas palizas por el monte  y siempre con buena cara…  y sin rechistar… porque mira que te hemos hecho alguna… que era para mandarnos a todos a paseo…

Como en la  ferrata de la Virgen en Rodellar que bajaste cabeza abajo en rápel mientras nos partíamos de risa algunos, ya sabes que Marian salió en tu defensa…, era la 1ª vez que veía yo rapelar cabeza abajo… y tú, sin un reproche ni medio, con esa media sonrisa que tú sabías poner muy bien…y es que todo te iba bien…

Recuerdo las últimas excursiones que hicimos por Benasque, cuando ya no estabas bien… pensamos con Ricardo, vamos hacer una excursión por la selva de Anciles, ahora que el otoño está bonito, para que pueda ir a gusto Jesús, que aún está un poco flojo… una excursión corteta dijimos, resultó que  nos perdimos, bueno, perdernos, no… tomamos unas sendas distintas a las previstas…  y dimos  una vuelta importante…. Acabamos a las 4 de la tarde en el embalse de Anciles, agotados, sin comer…  nos sentamos, después de 7 horas andando y le preguntamos “ Jesús, te cansas” y contestó con esa tranquilidad y cachaza suya :”no mucho, bueno, al final se me ha hecho un poco larga, pero solo al final”.

O la última por el valle de Remuñé, dos meses después de la última operación, el verano pasado, íbamos buena cuadrilla, lo menos 14 o 15, venía tb Pilar, llegamos hasta los ibones de Remuñé y dimos la vuelta entera, cruzando arroyos, neveros y bajando por una barranquera bastante pina… y aguantó toda la excursión, sin rechistar, y a volteras, porque tropezó más de  40 veces, metió los pies en todos los brazales de agua,  y lo hizo sin quejarse, contento, satisfecho… y aún se debió quedar con ganas porque nada más acabar ya planeamos para el verano subir al Aneto… es que siempre hacía planes, hasta teníamos previsto el trekking del Everest…

¿Y las Semanas Blancas?

¡Qué bien nos lo hemos pasado! A pesar de llevar 100 chicos y chicas por Cerler, a pesar de la faena que daban, lo cansinos que eran… a pesar de los ronquidos de José Luis, a pesar del frío y del cansancio…a pesar de todo ello, las disfrutamos un montón…

Incluso, la última vez que hicimos una semana Blanca, la última de todas, la hiciste tú, tú  y Baldesca. Los dos solos, porque el resto no podíamos ir… Te pregunté : ¿Puedes hacerlo?, puedes llevar a 100 chicos y chicas a Cerler? pues claro, sin problemas, se lo digo a Baldesca y vamos…. Y salió, perfecta, como siempre…

¿Y las Aulas de Naturaleza?

Gracias a ellas nos conocimos, y lo que las disfrutamos, hasta que decidimos convertirnos en PLOC e irnos por nuestra cuenta…

Muchos recuerdos se acumulan en nuestra cabeza…

Echaremos de menos tus parcas palabras, tus certeros comentarios, tu sincero cariño, esa  mueca burlona… pero siempre te llevaremos en nuestra compañía.  Allá donde vayamos, estarás tú.

Por cierto, cuando te vayas para allá arriba o por allá abajo, o por donde sea y te encuentres con Eva y Enrique, porque te vas a encontrar con ellos, seguro,  dales muchos besos de nuestra parte y diles que nos acordamos mucho de ellos… y echaos unas buenas cervezas a  nuestra salud…

Un beso muy fuerte, Jesús.